Esperando se me ocurre que...

No me gusta nada escribir chorradas y trato de hacerlo lo menos posible, hoy no tendría nada importante que contar pero sí tengo algo de tiempo porque estoy en casa esperando a que me traigan un pedido del súper que me dijeron que me traían a primera hora, definitivamente esta hora no es igual para todos.

Hoy estoy bien, estoy contenta, es jueves y ya he comentado hasta la saciedad cuánto venero yo al San Cuarto Día de la Semana. Me encanta decir que estoy bien, porque lógicamente significa que así estoy y es maravilloso tener días buenos, sobre todo cuando los has tenido malos. Para mayor júbilo hace un sol radiante, un cielo azul, azul... esta casa es bonita con cualquier tiempo pero con un día como el de hoy, todo luce tan radiante, tan verde, con tantísima luz... más motivos para sentirme bien. Claro, que probablemente verla así es consecuencia de estar bien. En fin, que me lío. Que a pesar de que en cuanto me vaya, estaré todo el día en la ciudad y no volveré hasta las ocho a casa, me gusta este jueves.

El sábado es el día de los enamorados, cuando era adolescente me encantaba, en el colegio las niñas llevábamos algo rojo y había un ambientillo cursi estupendo por las aulas; después durante bastantes años, me pareció una horterada este día y una manera de gastar el dinero tontamente. Hoy, y ya desde hace algunos años, decidí que lo iba a celebrar todo con mi in-law, todo lo celebrable, claro; así que si el sábado es 14 de febrero… lo celebraremos a lo grande; no con un regalo porque eso sí que no nos hace especial ilusión, y entonces pa`que, pero sí quería preparar un buen día, excursión incluida, y una buena cena a la vuelta con un menú de lujo, no por caro sino por rico.

El otro día Alicia, elaboró un menú así e igual aprovecharía la posibilidad que nos brinda para elegir alguno de sus manjares. El problema es que este sábado toca comida familiar, y mi padre se intranquiliza si llevo quince días sin ir y empieza a reclamarnos… cualquiera le dice que no con la ilusión con la que él prepara su banquete!, conste que me apetece, la verdad, siempre me apetece. Así que igual el día se reduce a una tarde-noche fiestera, pero algo haremos. Es cierto que suspiro por los fines de semana y que siempre solemos hacer cosas ricas, pero igual que hacemos algo especial por un cumpleaños, santo, éxito profesional, noticia de una desgracia de alguien joven, vacaciones, no poder tenerlas, pre-navidad, pre-semana santa, por navidad y semana santa, por estar contento o por tristeza con necesidad de una buena charla, amigos que vienen, amigos que se van… y así hasta mil cosas celebrables más … cómo no iba a celebrar el día de los enamorados!!!

Esto de las celebraciones me recuerda que el viernes es el cumple de mi ahijado, hay fiesta de tarde, y pensar en él me trae a la memoria a mi último ídolo conocido, ídola en concreto, es una íntima amiga suya de su misma edad, que cuando tenía cuatro años me dijo una frase que es una institución en esta casa cuando queremos que algo nos pase, es otra de mis frases preferidas, pena que el otro día no me acordara de ella. Era la noche de San Juan y estábamos viendo las hogueras con unos amigos y sus hijos, mi ahijado, otra niña de dos, ahijada de J. por cierto y mi ídola. Total, que les digo que hay que pedir un deseo, la pobre de dos años algo farfulló pero ni la entendimos, el niño dijo “que se apaguen las hogueras” le daba miedo el fuego, y la amiga, juntó sus manos y con cara de porfa, porfa como dicen ellos, me dijo “que sea mi santo y mi cumple” qué miedo ni qué nada, su mayor deseo, lo máximo, máximo para ella era cualquiera de esos días. Toma ya… me lo pido yo también. Desde ese día son mis palabras talismán! Y también ese día me di cuenta de la enorme diferencia entre niños y niñas a la misma edad y que la seguridad y la inseguridad, existe desde bien pequeñitos.