No puede ser malo

Sobrevivo a las celebraciones. Por fin, el capítulo cumpleañismos varios se ha terminado, uf! espero que hoy no me de fiebre como el sábado pasado. Entonces lo agradecí mucho porque llevaba mucho tiempo sin dencansar un fin de semana. Pero hoy, que tampoco voy a estudiar y voy a dedicarme básicamente a no hacer nada, me apetece estar despierta y alerta. Tengo dos novelas en la parrilla, un millón de pelis atrasadas para ver, trescientos mil capítulos de mis series favoritas que como no consigo ver todas a la vez, se me van acumulando y no puedo ver los recientes sin los pasados, en fín, follonazo de tarde, eso sí, sin prisas, estudios... sin nada de nada de nada de nada de nada que hacer más que disfrutar del día... qué bendición.

Lo cierto es que ahora estoy disfrutando de dos de mis tendencias favoritas: darme al tinto y al aperitivo. Sí, sonar no suena bien pero tiene su sentido. Tener tendencia al tinto no es casualidad, me viene de casta: mi padre es un gran aficionado al vino, le gusta, conoce del tema, prueba, lo sabe servir y sobre todo disfrutar. Un día llamaron a casa de la compañía de aguas de la ciudad para hacer una encuesta sobre el suministro y él, ni corto ni perezoso, a la pregunta de cuál es su grado de satisfacción del uno al cinco, le dijo a la atenta señorita "un 0", perdone señor pero cero no existe, sí existe sí, es para calificar un servicio deficiente, ehhhhh, perdone????, sí, sí, no estaré plenamente satisfecho hasta que un día abra el grifo y salga tinto, mientras tanto... Estuve riendo dos días enteros con sus noches.

Total, que no sólo me gusta sino que tengo tendencia a él. A la gente normal puede gustarle o no el vino tinto pero la persona con tendencia tiende a una copa inexcusablemente ante un buen yantar o un momento sagrado. Sí, sí, hay momentos sagrados ligados al tinto, como el de ahora: comida por terminar, a puntito de hacerse, leo sentada en mi barra blogs de cocina y otros, y escribo chorradas como la de hoy, por supuesto, con mi buen tinto. Parece que de lejos oigo que alguien me habla, como una voz de ultratumba que dice algo como que cuando me siento aquí entro en trance, se pasea delante pero no consigo verlo, hay dos perros pululando que no identifico... por favor, estoy en una de mis tendencias favoritas, en dos: aperitivo y tinto!!!!!!!!!!!!!!

Esto de las copas sagradas ... sólo pueden entenderlas ciertas personas. Conste que las hay, sagradas aclaro, también de vino blanco: sí, por ejemplo en el aperitivo, ya sea en mi casa, en casa de mis amigos o en la de mis padres. A éstas no tengo tendencia, simplemente me encantan. El aperitivo es un momento sagrado y por eso la copa también lo es, procuro llegar de los primeros porque no encuentro cosa más divertida: la gente va llegando y va contando sus cosas, su semana, sus historias... se incorporan a las conversaciones empezadas, besos de bienvenida... Tener tendencia al aperitivo es estar con tu copa de albariño en las manos que te cae sí o sín tengas o no tendencia, y ver a un lado y a otro, y a unos y a otros, y escuchar... delicioso. El aperitivo lo es en compañía pero también sola: hoy lo estoy disfrutando y no me rodea nada más que mi tinto.

Luego hay agua, y kas de naranja... y vida sana, y cuidarse...