Miradas que hablan...

Chicho está mal. Tiene cura y la veterinaria nos ha tranquilizado bastante. Él ahora está bien, contento, sigue corriendo, buscando palos, piedras, feliz… y para mi esto es básico. Cuando un perro se postra es muy mala señal. Come bien, juega con la compinche… El sábado nos dio un buen susto y para evitar males mayores habrá que someterlo a tratamiento, primero por seis meses, y luego operarlo pero parece ser que no hay muchos riesgos, los habrá como en todas las operaciones pero mínimos, y entonces estoy tranquila, vigilante sí, pero tranquila.

Nadie tiene la mirada de Chicho, nadie me mira como él, a todas horas, esté donde esté, me sigue con la vista, si río me mira, si lloro también, si me pierde de vista rápidamente se sitúa donde pueda seguir mirándome… con esa maravillosa mirada, como la de estas antiguas fotos de hace cinco años, parece decirme siempre estoy aquí contigo. El sábado me asusté porque creí que iba a cambiar, pero no, me seguirá mirando como sólo él sabe hacerlo y así me hará feliz, nos haremos muy felices, sin novedad… Ay Chicho, Chicho, me llevaré esa mirada conmigo a donde vaya… como un salvavidas.