sábado, 28 de febrero de 2009

Hay sábados de 40 horas?

Que se pare el reloj, a las ocho de la tarde y durante unas veinticuatro horas... es posible? No verdad?, pues vaya mierda, es que no me ha dado tiempo a disfrutar del viernes y llegó el sábado, y voló también, bueno, aún me quedan unas horitas pero no me importaría parar el tiempo en este momento...

Ahora mismo estoy en la gloria, acabo de llegar de la divertida comida familiar quincenal, no tengo nada que hacer importante, tenemos unas cuantas grabaciones apetecibles para esta noche, y me voy a meter entre fogones en breve para preparar una rica cena de sábado.

Mis comidas familiares dan para mucho, sólo hay que leerlas, la de hoy no fue distinta. Tocaba mucha política porque el domingo votamos, y cada cual vota a una formación, no se puede negar que la pluralidad existe, y mi family es una buena muestra de ello. Da gusto discutir con respeto, por vehemente que una sea, que sin duda lo soy, todo se puede decir si se es respetuoso con las opiniones ajenas y con las propias, esto último lo digo por no traicionarlas aunque a veces cueste defender algunas cosas indefendibles.

Como colofón, he experimentado nuevamente algo tan cotidiano y obvio como simple: ante una misma situación, cada persona reacciona de un modo, cuán diferentes somos que diría alguno. En general, todos tenemos una lectura de cada momento vivido y no suele ser similar, y a mi eso me encanta, es fácil que le pregunte a mi in-law y a tí qué te pareció después de hablar/ver/oír algo, y más fácil aún es que no lo hayamos leído igual. Es gracioso y a la vez muy instructivo, te permite apreciar que reaccionas como sabes/puedes y que hay quien reacciona mejor y quien peor.

Se me ocurre un ejemplo con algo tan banal como que mi sobrino llega a casa de los abuelos extrañón, al principio llora mirando hacia las paredes y eso que él va todas las semanas. Cómo reaccionamos el resto: la madre tranquilamente le pregunta qué le pasa y le deja lloriquear; el padre lo coge inmediatamente, incapaz de verle derramar una lágrima; el abuelo insiste en que no se le coja porque ya se acostumbrará; la abuela re-insiste en por qué hay que dejar que el niño sufra; el tío-padrino le habla en la distancia sin éxito y la tía le habla como si fuera parvo hola, lindo, que le pasa al bebe ; ah! y el otro tío, su tío in-law, no le para mucho, la verdad... Conclusión: el niño flipa, a su madre la mira como si fuera una mala mamá, al abuelo con cara de enfado, a la abuela le hace pucheros, sus tíos le parecen algo idiotas, mi in-law increíblemente llama su atención y lo mira muy atentamente y a su padre... uy, a su padre, lo adora y lo mira con cara de he aquí mi salvador, el resto podéis iros... Este es sólo un ejemplo, pero hay mil más y por supuesto, más importantes. Quién actúa peor o mejor... es sólo cuestión de quién lo analice, así que las reacciones y/o comportamientos no son mejores o peores, son lecturas distintas.

En fin, si alguien tiene sábados de cuarenta horas, me ponga un par...

4 comentarios:

Unknown dijo...

Si los encuentras pásame algunos, que a mí no me dan para nada tampoco. Qué razón tienes en lo de las interpretaciones, mi compañero y yo siempre hemos dicho que no hablamos el mismo idioma: oimos o leemos lo mismo y cada uno lo asimila y lo explica a su manera, lo malo es que a veces se provocan desencuentros y ya no es tan divertido.

Un beso y que disfrutes de un domingo de 24 horas que se pasen como al menos 30!

Constanza dijo...

Es verdad eso de las interpretaciones, cada cual interpreta a su manera y x eso los mal entendidos y todo lo que conlleva. Pues mi sabado ha estado tranquilo. Almuerzo en casa y después a comprar cortinas. Me encantan los sábados. Los domingos, más o menos, es que ya viene el día lunes de nuevo !!

Unknown dijo...

jajajaja genial!! Cada uno es un mundo loco!!!

London dijo...

Si los encuentras me avisas que yo también encargue unos cuantos.

Es verdad lo que dices de las interpretaciones, lo mismo pasa con Aitana solo que yo acabo cabeada como un mono porque no la quieren entender.

Muchos besos