La verdad es que lo que escribí ayer me sirvió para echar pa`fuera telarañas. Nada más escribirlo me sentí mejor y nada más colgarlo en el blog me sentí liberada. Soy una persona tremendamente vitalista y esa sensación tan mala que tenía ayer y que como dije me acompaña últimamente, no-la-soporto. No hay mucho que entender ni que explicar, solo que cuando uno está mal, está mal, y en mi caso, lo importante ahora es salir como sinónimo de solucionar.

Me salva que mi forma de ser me permite evadirme los fines de semana, normalmente cada día con solo llegar a casa, cuando me relajo con mi in-law&chichos, los paseos, el mar, la lectura, la música… todo eso me hace muy feliz y me llena, pero mi vida no es solo eso. No soy ambiciosa profesionalmente y trabajo para vivir mejor, pero eso no me impide querer seguir trabajando en lo que estudié y para lo que sé que valgo y ahora esto es lo que me falla. Nada más y nada menos. Esto es lo que me pasa. Mi vida familiar, conyugal, mis amigos, es muy rica y la disfruto enormemente; mi vida profesional, en estos momentos, no.

Contarlo ha sido para mi casi tan dificil como sufrirlo, es mi catarsis de cabecera porque soy tan sumamente reservada que soy incapaz de comunicarlo oralmente, salvo a mi político favorito, claro. Empezar ayer por verlo escrito es justamente lo que necesitaba porque es la manera con la que descargo el material explosivo. Hablar con él ayer, hoy con mi amiga S., no del tema porque no me apetecía hablarlo más, y ver que se dieron cuenta y no les hizo falta preguntarme para saber cómo me encontraba sólo me siguieron, ha sido el mejor premio. Como es muy grande, hoy no me siento flex pero sí mejor, gracias.