Tocada y hundida

Dejo mis amoresgastronómicos por hoy que ya llegó con este fin de semana pasado por la cocina, y me meto de lleno en la semana.

Ya lo había comentado muchas veces antes y siento repetirme pero sí, la crisis económica está haciendo mella en mi trabajo. Tengo la inmensa fortuna de que la economía familiar no depende necesariamente de mis ingresos/gastos y por ello, me permití seguir luchando cuando como ahora estamos en horas de vacas flacas, pero la lucha tiene los días contados y, o sucede algo mágico que me devuelve la ilusión y/o la rentabilidad necesaria para continuar en la brecha, o mucho me temo que mi mundo profesional dará un giro de 180º. Llevo rumiando esta posibilidad desde hace mucho tiempo, incluso en épocas de vacas gordas lo pensé, pero claro, ahí no me apremiaba nada y lo fui dejando, pero enero de 2009 me ha devuelto al mundo que había dejado seguir siendo y estando.

Pasé por todos los estadios posibles: por la alegría ante un posible cambio; por la desazón que me producen los objetivos frustrados; por la pena de la lucha en balde; por la sensación, tan nueva y tan dura para mi, de asumir un fracaso, pero… ahora la necesidad hace que me tenga que replantear qué hacer con mi vida; por eso ando que no ando, vivo los fines de semana como si fueran los últimos, tuve unas navidades con tantas ansias de cambios… por eso fui la melancolía que escribí todos estos días atrás. La tristeza y la angustia son sensaciones nuevas para mi que muy a mi pesar me acompañan muchos días...y lo peor es que me están paralizando y a veces, me asusta. También a veces, me consuelo pensando que la crisis no es personal sino global, fíjate tú, como si eso fuese a cambiar mi panorama…

Hoy necesito ver escrito lo que llevo rumiando meses, no puedo negar que me sonroja, no es fácil asumirlo para una persona con mucho amor propio. Mi trabajo es agotador psicológicamente, sobre todo, porque asumo muchas responsabilidades no correspondidas con motivaciones, básicamente económicas; y no estar motivada y no estar contenta cuando tu trabajo te saca tantas horas de sueño es precisamente eso, como un mal sueño, y ahora quiero despertarme y volver con la ilusión con la que empecé hace unos años. Siempre caminé, siempre, siempre, pero también es verdad que siempre fue después de tocar fondo... hoy, es el día. Glop, me hundí.