domingo, 27 de junio de 2010

Orden y concierto.

Ay, qué felicidad! No es ay doloroso sino de suspiro. Me gustan los domingos tranquilos de mil y un planes deportivos. No tengo ese puntito veraniego propio de estas fechas porque NO y también porque a partir de mañana recuperaré rutinas poco dadas a la vacación, pero es igual, a mi me gustan estos domingos sea la estación que sea; claro, evidentemente, en shorts y camiseta igual es más apetecible, básicamente por el porche y las noches que te facilita, sin embargo, no necesito al verano para ser feliz un domingo hasta las ocho de la noche en general (hoy toca un completo con partidito incluido, así que sine hora). Realmente, me gustan estos días intensos de no dedicarse a nada más que a lo que me gusta, cero unidades de cosas no apetecibles tienen cabida en mihoy.

Estoy en plena mentalización: el vaguear se va a acabar. Mañana me apetece porque esta semana ha sido un poco tócameroque y yo no disfruto así, a mi me gusta que metoqueroque cuando me lo merezco o cuando son vacaciones, no cuando caigo con fiebre, pereza, dejadez y dejarse ir, no roque, así no. El lunes se inician mis nuevas etapas estudiantiles, correr otros 6 kilómetros/día, orden y concierto. Bien. Nunca pensé que lo diría: necesito rutina; no me aburre nada, no me entristece ni un poco, no me sienta mal, todo lo contrario: me aporta tranquilidad por trabajo hecho, planes cumplidos y deseos de planes de ocio por cumplir, sí, de cuanto menos tiempo dispongo, más disfruto del que tengo y de los planes/ilusiones que me hago a diario con el que me pueda quedar. En fin.

No hay comentarios: