lunes, 15 de febrero de 2010

Querido personal trainer:

Soy creyente. Y esto me hace estar un poco enfadada en estos momentos con mis creencias, no consigo ver la luz y la paz que siempre he pedido para ir por la vida, luz y paz ya lo he explicado alguna vez; sigo pensando que algo peor está por venir porque he visto cómo de unos años a esta parte de mis 35 si algo puede ir mal, irá. Ya no soy la optimista que fui.

A veces me convenzo para creer, por absurdo que parezca, y trato de sacarme de la mente pensamientos más racionales, bastante más o, mejor dicho: todo más, que la fe. Realmente creo que Dios existe porque necesito creerlo. Me siento más respaldada, me parece justo agradecerle a alguien mi vida, me obligo a sentirme afortunada por todo lo bueno que me pasa a pesar de que siempre piense que podrían pasarme menos cosas malas; me obligo a ser menos ombligo. Igual sin fe se hace también pero, con la mía, lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad… todo, lo trato directamente con mi personal trainer (PT) que estás en los cielos... todos los días, todas las noches, antes de dormirme, tratando de repasar todas las razones para dar las gracias y pensando en cómo puedo sentirme mal, triste, decepcionada conmigo, frustrada, sin ilusiones, sin esperanzas…con todo lo que me rodea. Con tanto bueno. Así que mi fe me pone de nuevo en el mundo, e insisto, me reduce mi ombligo; igual no es lógico, ni muy creyente ortodoxo, ni muy religiosoestándar, sólo es mi pequeña liturgia diaria, nada de domingos a oír lo que no quiero, mi fe es mía, sin intermediarios parroquiales con los que generalmente no concuerdo porque no reflejan el sentido común de un buen PT que también está por ejemplo en África, no solo en los cielos, y sólo con mirar sabe cómo de equivocados están esos intermediarios que no es que no estén en el cielo, es que no están en el mundo...

Sí, mi religión me la he ido creando con los años, criándola más bien, como los hijos supongo: la ví nacer, crecer, la vestí y alimenté, me hizo enfadarme y amigarme otra vez, estar, marchar, volver pródiga, llamarla, no siempre encontrarla… Y mi Dios, sí siento que está ahí arriba, y para no pensar que mi vida es una mierda manifiestamente mejorable, creo que desde donde está me está poniendo constantemente a prueba, así me da la sensación de que todo pasa por algo. Lo consigue, creo.

Así que mi fe es una búsqueda de razones, así de poco contradictorio y tan coherente, já. Todo el mundo desglosando fe y razón y oyendo durante muuuchos años que la fe no se razona porque se cree o no en ella simplemente, y vengo y tiro al traste tantos años de líos de faldas entre las dos. Claro, no pienso en lo que creo, pienso en por qué creo, única manera que he encontrado hasta el momento de seguir pidiendo luz y paz. Luego habrá quien pueda decirme que todo esto se parece a lo que dicen los bolígrafosbiccreyentes, lafedellibro, creoenmifamilia… o mil credos y religiones varias más, bien, ésta es la mía.

Ah, y creo también en reivindicar que no todo creyente es memo/mojigato por naturaleza, acción u omisión… creo en el respeto, vaya.

No hay comentarios: