En la cena del otro día en casa de nuestros amigos con tanto niño y tanto mayor nos reimos mucho y nos lo pasamos muy bien. Así fue la cena en general, una locura, hubo una revolución no sé muy por qué pero se formó un caos entre los mayores, los niños, unos con otros, padres y madres entre sí... en algún momento de la velada temí por mi futuro porque ví a mi in-law morado de tanto reír... casi se nos ahoga... En fin, una suerte de cena revolucionaria.
Cuando llegué, los niños estaban en el piso de arriba jugando y decidieron comunicarse con el "mundo exterior" a través de notitas que la pequeña de todos, haciendo de esbirro bien mandao, lanzaba por la escalera. Tienen entre cuatro y siete años, y eran cuatro. Lanzaba no, daba un grito para que un adulto la oyera y recogiera el "mandado" con su bolígrafo correspondiente por si había respuesta. Nadie les hacía caso pero a mi me pareció gracioso, y en los previos, mientras atacábamos a los aperitivos de pie, decidí interactuar con ellos... fue divertidísisisisisimo leer lo que ponían con una letra imposible, ver sus caras con las respuestas, oír cómo pensaban hacer... Las conversaciones escritas fueron de una profundidad... a este tenor:
-Nota 1: "de pate de C., que perdi-o la bolita del fuTbolIN"... Las indicaciones que recibí fueron que lo leyera despacito (así le deben decir a ellos que lo hagan) y cuando acabara, escribiera la respuesta por detrás del cartón.
-Respuesta: "Llamad a un detective"... cuando se lo dí a la esbirro, lo leyó detenidamente y se quedó pensando un rato, se fue con sus compinches y oí que entre ellos se preguntaban qué pone, qué pone, y el que ejercía de jefe lo leyó, hubo sorpresa por la respuesta y más sorpresa por lo que oí a continuación: por qué quieren que lo llamemos ... ya sé, él sabe donde está, vamos a llamarlo, están aquí las páginas amarillas?... Cómorrrrrr, pensé yo, qué detective, qué van a buscar, cómo lo van a hacer... Esperé al siguiente comunicado.
-Nota 2: "No enconTRRamos el telefONo... Cual es", la instrucción fue: escribe grandes los números para leerlos bien...
-Respuesta: 11111.345.999... Lo recogió y se fue al campamento base, y los oigo decir "llama, llama..." lo cual me preocupó en un primer momento pero nada, habiéndoles dado un numero inexistente, no problem... a ver qué hacen ahora. Total, que empezaron a buscar un teléfono móvil para llamar, pero no había ninguno claro, estaban todos abajo. ¿Y ahora qué hacemos? empezaron a preguntarse... una de ellas llegó a la conclusión de que lo que pasaba es que yo era la que había escondido la bolita para que jugasen a los detectives, al jefe le pareció razonable esta tesis y empezó a asignar rutas de búsqueda a las niñas... La esbirro más lista que el hambre, vino directamente a mi porque ya se había cansado de buscar y decidió atajar con el "método zalamera" ¿dónde está, tú lo sabes a que sí?... y beso pa`aquí y abrazo pa´llí. No caí, básicamente porque no tenía ni idea dónde podía estar, ni siquiera sabía cómo era la dichosa bolita.
- Nota 3: "qeRRemoS pisTas"... uy, uy, se empezaban a sindicalizar sus protestas... Respuesta: "¿Pistas? Pues vaya detectives..." Zanjé la protesta y siguieron buscando.
El juego terminó en un rato, cuando oigo gritos de alegría y achuchones varios entre ellos, todo porque ya la habían encontrado... "La encontramos, chócalas...". Apareció, lógico: no se puede perder una bolita en una habitación, en algún sitio estará... sólo hay que buscarla! Me encantó el juego, y a ellos también porque cuando lo terminaron, volvieron a mandar a mi esbirro favorita con otra notita pero ya no les pude hacer más caso, ya estábamos sentados a la mesa. En un mes parece ser que vamos a tener nueva comilona... así que me esperan nuevas conversaciones apasionantes...
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