Punset es Punset y tiene adeptos y odiadores a millones, a mi me gusta mucho su sentido común aplicado al sentido más científico de la vida. Se está celebrando este fin de semana un congreso sobre la felicidad muy interesante. Y ya si este congreso hubiera sido patrocinado por un buen tinto, no por cocacola, me habría ido allí como acólita impenitente del tinto y de la felicidad minutera, que dura los minutos que dura, sin dudarlo.
Parece que reunirse para hablar de la felicidad es algo ñoño, cansino o, a lo peor, lleno de obviedades y buenismo (del que huyo cual gato al agua: no puedo con él). Porque parece también que todos sabemos perfectamente qué nos hace feliz o no y qué es y qué no nuestra felicidad como para hablar sobre el tema durante horas y horas en unas conferencias. Sin embargo, el viernes recibí mi ración de realidad del fin de semana al oir algo tan aparentemente simple como que es muy dificil que lo mismo que te hace infeliz te haga feliz, por tanto, si estás en una situación en la que no lo eres, cámbiala o de otro modo, en esa misma coyuntura, no conseguirás serlo. Y ahí es donde sumergí mis inventos: es cierto?, lo que nos pasa es fruto de la mala suerte? esperar a que cambien la situación determinada y se nos de mejor la faena?. Y dónde está la mano que mece la cuna? Sentarse a esperar?. Son opciones de vida. No me meto hoy en situaciones en las que hay una desgracia por el medio, causa, efecto y dolor o infelicidad exógena que no es ni evitable ni fácil de resolver, no, bastante tengo con encargarme ahora sólo de la felicidad endógena.
Tengo claro, después de dos paseos por la playa de una hora y media cada uno, en dos días consecutivos, íntegramente dedicados a ello, que efectivamente lo que me hace infeliz, si no introduzco algunos cambios, no me va a hacer feliz. Y más aún, para serlo, antes no lo he sido y por eso lo sé. Já. Tienen mucho peligro estos paseos. Ay, cambios, sí, no sé siempre cuáles, cómo y, ciertamente además, a veces, me da pereza. Por supuesto que hay coyunturas en las que la mala suerte viene y se queda a vivir, pero no todo, todo, es fruto del azar. Por supuesto también, hay personas que sólo saben vivir en el caos felicitario más absoluto, no sólo eso, es su modo de vida pasar los días entre quejas y autocompadecimientos. Insisto, una opción más. Hay tristes. Y hay grises. Y por supuesto, los hay vagos incluso para ser feliz; los que tenemos tendencia a las dos cosas, felicidad y pereza, lo sabemos muy bien: soy feliz cuando soy feliz, necesito estar feliz para serlo, pero soy muuuuuuuy vaga para los cambios.
Y así transcurre mi fin de semana. Menos mal que sólo me da por esto durante los paseos y que, por fin, después de mil jornadas gastronómico-festivas concentradas en día y medio, llega el domingo de lacón con grelos como el de hoy, de mantita y chimenea por cierto, el primero de la temporada.
5 comentarios:
¡Has cambiado la foto!
Complicado el tema aparentemente sencillo.
Soy un poco vaga para cambiar cosas, pero también es verdad, que no para todos, es tan fácil.
No sé cómo me perciben los demás, pero me veo como una superviviente, que busca sonrisas hasta debajo de las piedras. Tengo mi visión de la realidad, que puede no serlo, pero es la que percibo y debo ser consciente de élla, pero sin ser optimista, que es una palabra que no me gusta porque percibo en élla una porción de irrealidad, mantengo una idea positiva de lo que me concierne, y creo que incluso, he sabido aprender de lo malo que me ha tocado.
Lo único "malo", es que puedo simultanear mis obligaciones, con el pensamiento y eso, no necesariamente es bueno. Afortunadamente, me rodea alguien mucho más práctico, más positivo y pertinaz que yo, y eso es fundamental. Creo que formamos "un pequeño pero buen equipo".
Un beso dominguero, querida. Me gustan mucho siempre tus reflexiones y aún más, tus conclusiones, a veces, hasta sin acabar de concluír...
Sí, la cambié, es que quería una foto con un fondo al fondo, já, y la que puse prácticamente no se veía.
El mundo en el que he imaginado que vives y la persona con quien vives, se parece mucho al mío, muchas de tus historias también, por eso me gusta tu equipo, me suena lo pertinaz y lo prácticó, creía que nadie podía serlo más, y me gustas tú. Gracias por tus palabras y un beso enorme.
Estoy pensando a que grupo pertenezco yo...
Su, dáme por imposible, que te meto unos rollos mañaneros que pa`qué. Ay por cierto, que hoy toca la palometa, ya te contaré!!!!!!
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