Sí, trino porque digo yo que, cuando uno está que trina, el tiempo verbal correcto para referirse al momento en el que está es trino, de yo trino.
Pues eso. Entré en ebullición a las nueve y media de la mañana cuando tuve la primera idea genial del día: ser la primera en el súper y volver en media horita con la compra hecha y toda la mañana por delante, que para eso me había levantado a las siete y media y ya llevaba dos horas en el tajo. Error. Primer error. Salir de mi casa no le cuesta a ningún ser humano de los que habitualmente nos visitan más de dos minutos, lo que se tarda en subirse al coche, darle al mando del portal y salir tan ufano. A ninguno menos a mi: no me abre nunca. Así que cuando ya me estoy disponiendo a bajar del coche para animarla veo que abre, vuelvo a subirme, pero ah! como empezó el ciclo tarde o noséquémierdas se abre solo hasta la mitad, re-vuelvo a bajar del coche y la empujo, y luego cuando creo que no me puede darporculo más, no cierraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah. Calma, me digo, los perros los dejé dentro de casa porque total va a ser solo por media hora, puede quedar a medio abrir. Me voy: tiempo invertido por el común de los usuarios del portalón de mi casa: dos minutos; tiempo invertido por Gafez: diez, repartido en tres actos, queabroqueno, quecierroqueno, que te den.
LLego al súper a las diez menos veinte. Segundo error: el súper no abre hasta las diez, no me llevé ningún papel, libro, bolígrafo... nada, íbamos mi cuerpo, mi tarjeta de crédito, mi carnet de conducir y yo. Con todo lo que tengo que estudiar hoy para que no me quede para mañana, no he traído nada. Dos lágrimas asoman pero ni se atreven a caer por si me las como.
Espero cual maruja reunido, y cuando abren la puerta, la gente se multiplica por mil e incluso corren para coger número en pescadería y charcutería. Bárbaro, mis dos destinos primordiales. A pesar de las zancadillas me hago con los dos: solo tengo diez delante y con cada uno están diez minutos!!!!!!!!!!!!!!!!!! Vuelven a asomar mis lágrimas pero de nuevo se cortan con mi respiración. Cuando me toca, la señora está muy atareada: el rape no me lo abre como le digo, las xoubas me las espachurra, al pulpo le deja los ojos a pesar de mi encarecida petición. Río o lloro, me pregunto. Animalito. Todo ingenuidad.
Llevo hora y media en el súper y aún tengo que pagar y llegar a casa. Cuando lo consigo compruebo feliz que la media hora se ha traducido en dos y que mi ex diminuto ha decidido exorcizar uno de mis cojines depositando toooooooodo su interior por tooooooooodo el salón. Ahora sí, mis lágrimas brotan al viento. Bajo la cuesta con ellas puestas porque me doy cuenta que todavía tengo que ir a cerrar el portalón manualmente con las llaves que cuando salí a primera hora decidí no llevar (enésimo error), más que nada porque, si no la cierro, los perros tendrán que estar dentro y con una víctima basta por hoy. Bien, sigue igual, no cierra. Solución: coger unos retales de verja y, dado que me sobra el tiempo y la paciencia, consigo con unos candados hacer la puertezuela suplente que impedirá que pueda ser peor el día y los atropellen.
He perdido en toda la operación tres horas. Resultado: pelos de punta, ojos rojos, vena hinchada. Y lo peor: pero si iba a ir yo al mediodía......aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah y sí, colgué.
Lo dicho, estoy que trino. Hoy va a ser el día.
Ah, que me olvidaba: fui a una de mis entradas de hace mil o dos vidas porque alguien entró directamente en ella y me sorprendió, y horrorrrrrrrr, tenía una falta de ortografía!!!! no soporto las faltas de ortografía, lo siento, no puedo con ellas; nada más leerlo la ví allí puesta, ¡¡¡¡años allí puesta!!! yo, que cuando entro en un blog y leo alguna falta me piro ipsofacto, intento no irme pero no siempre lo consigo. Era el día para descubrirla: ahora también estoy cabreada conmigo misma. Por esto y, de paso, por perder el tiempo desahogándome por escrito. Ni clemencia ni perdón: exorcizar, corregida a tiempo, no te digo que hoy es mi día?
viernes, 27 de agosto de 2010
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3 comentarios:
Jajajajajajajaja, permíteme que me ría por lo último, porque me pasa igual, y me ha pasado igual. Está bien, pegarse una torta de vez en cuando, ¿no?
Respecto a lo demás, nada que añadir, o prefieres que te cuenta el día que llovía como no recuerdo más, y al salir a coger el pan, se me cerró la puerta, estando sin llaves, sin teléfono, en zapatillas, jajajajajajaja.
Un beso. ¡Que vaya bien la tarde!
Jajajaj, sí, ese día tuyo también debió ser de trinar por bulerías. Bueno, ya pasó, aquí estoy eso sí, teniendo que invertir mi mañana de sábado en arreglar las desfeitas de la maravillosa mañana de ayer. Un abrazo,
Coro, no me quiero reir pero es que podría ser perfectamente cualquiera de mis días!!!! imaginate ser todo el día de todos los días del año así... es muy duro ser yo!!! jejeje.
Besitos
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