domingo, 28 de febrero de 2010

Leo luego existo

Cuando acabo un libro que me gusta, me cuesta volver a meterme en otra historia, en otro libro. No logro concentrarme y no lo hago además a conciencia, a cosa hecha que decía mi abuela; lealtad mal entendida, supongo.

En general, me cuesta volver a engancharme y es este el punto álgido de mis abandonos: si superas los dos primeros días, tendrás suerte como libro; si no lo consigues, problamente ya no lo harás nunca, y te alternaré con otra historia que empiece y así hasta dar pasos firmes hacia tu sitio en la estantería de los infumables; pelín revientahistorias, lo reconozco y lo asumo: así es el día 1 o 2 de cada libro que cae en mis manos. Conste que también existe un puesto intermedio que ocupan los libros que me tengo que convencer para seguir leyendo, me cabreo porque no me están gustando pero sigo dándole una oportunidad.. a veces, con éxito: con los pilares de la tierra, empecé jurando en arameo y acabé absolutamente rendida a sus palabras, rendidita perdida, porque de bestseller soy pero no fácil.

El libro que podría decir fue un antes y un después en mi pasión por la lectura es el amor en los tiempos del cólera, antes de él leía lo que me mandaban y bastante más, después de él leí sólo lo que me gustaba y poco o casi nada más: no me gustas, no te leo, lo diga quien lo diga. Igual por eso este libro de G. G. Márquez me impactó tanto. No quise volver a leerlo por si rompía mi magia con la lectura. Este libro la creó. Después de leerlo fue la primera vez que recuerdo quedarme vacía de historia, igual antes me había pasado con otros adolescentísticos pero con éste... taaaaanto, y me costó aún más reencontrar una nueva historia que me llenase; lo dije en mi casa, entre mis amigas... todavía hoy me miran raro, el amor en los tiempos del cólera un novelón? Y yo venga a insistir, que lo leas, nada más que lo leas, luego ya me dirás... a nadie le pareció lo que a mi; ésta fue otra magia más de este libro... nos hicimos íntimos, no mucha más gente puede decir lo mismo.

Y todo esto de hoy lo digo después de terminar el jueves por la noche el tercer libro de la trilolgía de Millenium, me gustó y sobre todo, me llenó muchas noches de insomnio, no todos los libros llenan el insomnio de ahí su importancia y me ha dejado el vacío de letras de una buena historia aunque no lo sea en puridad de criterios. Ahora me metí en Todo cuanto amé, de S. Hustvedt, con un título tan poético... y aunque ayer, en mis horas de insomnio eché de menos a Salander, igual me empecé a enganchar a una nueva Erica, veremosssss...
Leer me gusta. Me entusiasma más bien, igual es eso tan prosaico que transporta, traslada y transforma, pero sin alas.

1 comentario:

Meli dijo...

Me he sentido muy identificada con tu post, ayer acabé "Contra el viento" de Ángeles Caso, lo encontré en Santander porque se lo habían llevado a mi madre cuando estuvo ingresada en el hospital, y lo comencé, por empezar, sin muchas pretensiones. Me ha encantado y lo he terminado en dos días, esto es lo que me encanta de encontrar libros que me enganchen, el no poder parar de leerlos y disfrutar con sus historias y personajes. Pero de igual forma así me da pereza tener que empezar otro libro, tener que dejar los personajes atrás, porque en muchas ocasiones empiezo a leer y no hay manera con los libros...sin embargo este me ha dejado muchas ganas de seguir leyendo, lo que sea, pero algo que me transporte lejos y me haga vivir otras vidas. Un abrazo.